Sesgo de visión - Lo que se va a hacer Distorsiona la Percepción Visual

Sesgo de visión - Lo que se va a hacer Distorsiona la Percepción Visual 

Viés da Visão - O que vai ser feito distorce a percepção visual

Nuestra percepción visual y cómo interpretamos lo que vemos es, en muchos casos, modulada por nuestras intenciones, objetivos y lo que creemos que debe hacerse en una situación determinada. Aquí hay una exploración más profunda de esta idea:

Visión Orientada a la Acción:

La percepción no es solo un proceso pasivo de recibir información visual. En cambio, está vinculada intrínsecamente a la acción. Vemos con un propósito, y ese propósito a menudo guía cómo interpretamos lo que vemos.

Por ejemplo, si entras en una habitación buscando una silla para sentarte, tu percepción estará "sintonizada" para detectar sillas, aunque haya otros objetos en la habitación.

Expectativas y Atención:

Nuestras expectativas sobre lo que debería suceder en una situación determinada pueden influir en lo que notamos y cómo interpretamos la información visual.

Si esperamos ver algo en particular debido a una tarea que debemos realizar, es más probable que lo notemos, incluso si está en nuestro campo visual periférico.

Contexto y Significado:

El contexto en el que vemos algo puede alterar su significado percibido. Por ejemplo, ver una cuchara en una cocina tiene un significado diferente que ver una cuchara en un taller. En el contexto de la cocina, automáticamente asumimos que la cuchara se usa para cocinar o comer. En un taller, podríamos preguntarnos por qué está ahí y qué tarea podría cumplir.

Efecto de la Carga Cognitiva:

Si estamos concentrados en una tarea específica o si nuestra mente está ocupada, podemos pasar por alto detalles que normalmente notaríamos. Nuestra percepción visual puede ser menos precisa o más selectiva en función de lo que se debe hacer.

Memoria y Experiencia Previas:

Nuestras experiencias pasadas y lo que hemos aprendido también juegan un papel en cómo vemos el mundo. Si sabemos, basados en experiencias previas, que una acción particular es requerida en una situación específica, eso puede influir en cómo interpretamos visualmente una escena.

Emociones y Estado de Ánimo:

Nuestro estado emocional actual puede influir en nuestra percepción visual. Por ejemplo, si estamos ansiosos o temerosos, es más probable que interpretemos ambigüedades visuales como amenazas.

En conclusión, la visión no es solo un proceso de recibir información. Está íntimamente ligada a nuestra cognición, emociones, intenciones y acciones. Lo que vemos está a menudo filtrado y modulado por lo que creemos que debe hacerse en una situación dada. Reconocer esta interacción entre percepción y acción puede ayudarnos a comprender mejor cómo interactuamos con el mundo que nos rodea.

"La visión como sesgo hacia la realidad":

Los Fundamentos del Procesamiento Visual:

La visión comienza cuando la luz entra en el ojo y se convierte en señales neuronales por la retina. Estas señales viajan hacia la corteza visual en el cerebro para un procesamiento más profundo.

Aunque este proceso puede parecer directo, es fundamental reconocer que el cerebro no recibe pasivamente información visual, sino que la interpreta activamente basándose en experiencias pasadas, expectativas y otros factores cognitivos.

Expectativas Perceptuales y Expertise:

Nuestros cerebros han evolucionado para reconocer patrones. Esto significa que, una vez familiarizados con ciertos patrones visuales, nuestros cerebros pueden "completar los espacios vacíos" cuando se presentan con información parcial o ambigua.

La expertise en un área determinada puede influir en la percepción. Por ejemplo, un observador de aves podría reconocer especies que otros podrían pasar por alto, o un experto en arte podría notar detalles en una pintura que una persona común no vería.

Filtros Emocionales y Cognitivos:

Indignación y Culpa: Nuestras emociones morales pueden afectar nuestras percepciones. Si sentimos culpa sobre algo, podríamos ser más propensos a notar pistas visuales relacionadas con esa culpa.

Miedo: El miedo puede aumentar nuestra conciencia sobre posibles amenazas, lo cual puede ser protector en situaciones peligrosas, pero también puede llevar a interpretaciones erróneas cuando el miedo no tiene fundamento.

Deseo: Lo que deseamos puede dominar nuestro campo visual, haciéndonos más atentos a lo que anhelamos y menos atentos a otros detalles.

Sesgo de Confirmación:

Tenemos una tendencia a buscar e interpretar información de maneras que confirmen nuestras creencias preexistentes. Esto puede aplicarse a la información visual. Por ejemplo, si creemos que un lugar en particular es peligroso, podríamos "ver" más amenazas, incluso si no están ahí.

Influencias Culturales y Sociales:

Nuestro entorno cultural puede moldear la forma en que interpretamos escenas visuales. Diferentes culturas pueden tener interpretaciones variadas de colores, símbolos, gestos y relaciones espaciales.

Estructura Cerebral y Diferencias Individuales:

Las diferencias individuales en la estructura y función del cerebro pueden influir en la percepción. Por ejemplo, algunas personas podrían tener una actividad más elevada en áreas relacionadas con el reconocimiento facial o la conciencia espacial.

Valor Adaptativo:

Biológicamente, tiene sentido que nuestras percepciones sean influenciadas por emociones y experiencias. Estos sesgos pueden ser adaptativos, ayudándonos a responder rápidamente a amenazas o reconocer oportunidades. Sin embargo, en contextos modernos, estos sesgos a veces pueden llevar a interpretaciones erróneas.

En esencia, aunque la visión nos proporciona valiosa información sobre el mundo, esta se filtra a través de nuestras experiencias, emociones, creencias y procesos cognitivos. Reconocer los sesgos inherentes en nuestras percepciones es crucial para comprendernos a nosotros mismos y al mundo de manera más precisa. Desafía la noción de una realidad puramente objetiva y subraya la naturaleza profundamente personal y subjetiva de nuestras experiencias.