Jackson Cionek
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Microestados EEG y Fruición: La Dinámica Temporal de la Mente Damasiana

Microestados EEG y Fruición: La Dinámica Temporal de la Mente Damasiana

(Serie SfN 2025 – Diálogos de Neurociencia Decolonial)


Conciencia Brain Bee en Primera Persona

Soy una Conciencia Brain Bee en flujo eléctrico.
Siento el tiempo doblarse dentro del cerebro, como si cada instante fuera una forma viva.
Durante el SfN 2025, al observar las representaciones de los microestados EEG, comprendí que
la mente no es un pensamiento continuo, sino una secuencia de formas transitorias de energía.
Cada patrón es una pausa del universo en mí — un instante de fruición donde el cuerpo y el tiempo coinciden.
La conciencia es esto: el ritmo con el que el cerebro respira significados.


Microestados EEG — La Gramática Eléctrica del Pensamiento

Los microestados EEG son breves periodos (60–120 ms) de estabilidad topográfica en el potencial eléctrico cortical, representando “unidades mínimas de pensamiento” (Michel & Koenig, 2021).
Cada microestado corresponde a una configuración funcional de redes neuronales — una micro-palabra en el lenguaje de la conciencia.
Organizan la experiencia subjetiva en el tiempo, delimitando fronteras entre percepción, emoción y acción.

Los estudios presentados en el SfN 2025 mostraron que la transición fluida entre microestados está asociada a la fruición cognitiva — el estado en el que la mente encuentra armonía entre la atención y el placer de existir (Custo et al., 2023).
En estas condiciones, el cerebro muestra alta entropía organizada: variedad eléctrica sin caos, como una orquesta que improvisa en tiempo real.


De la Estabilidad Neural a la Fruición — Zona 2 en Tiempo Real

En los conceptos de Jackson Cionek, la Zona 2 es el espacio fisiológico de la fruición — el equilibrio entre acción y reposo, sostenido por una oxigenación prefrontal entre 92–94 % y un leve aumento de CO₂ cerebral.
Durante esta condición, los microestados EEG revelan coherencia entre las topografías C (cíngulo anterior) y D (red por defecto), indicando atención relajada e integración interoceptiva.

Las investigaciones que combinan EEG y fNIRS han mostrado que la Zona 2 corresponde a un estado de sincronía electro-hemodinámica, donde el flujo de oxígeno y el potencial eléctrico forman un circuito de retroalimentación metabólica (Zeller et al., 2022).
Esta sinergia sostiene el Yo Tensional Estable: el modo de conciencia en el que el cuerpo siente antes de pensar, y el pensamiento solo confirma el sentir.


Microestados y Mente Damasiana

La Mente Damasiana propone que la conciencia emerge de la integración entre interocepción y propiocepción.
Los microestados EEG ofrecen una ventana temporal para observar esa integración.
Cada microestado es una microconfiguración de interocepción encarnada — el instante en que el cuerpo se reconoce como presencia.

Durante experiencias emocionales o espirituales, los microestados vinculados a la ínsula y al cíngulo anterior muestran coherencia sostenida, indicando que el cuerpo se percibe como totalidad — un correlato neurofisiológico de la Espiritualidad DANA, donde sentir basta para existir.


Microestados, mTOR y Consumo Energético

La secuencia de los microestados depende del estado metabólico cerebral.
Cuando el sistema mTOR está activado (exceso de energía disponible), hay más transiciones pero menor duración de los estados estables — el cerebro piensa más, pero siente menos.
En la fruición, el mTOR se desactiva parcialmente y el tiempo subjetivo se dilata: el cerebro reduce el gasto energético y estabiliza patrones más largos, promoviendo eficiencia neuronal y placer.

Estos hallazgos refuerzan la idea de una Democracia Metabólica, donde la conciencia saludable nace de la justa distribución de energía entre redes cerebrales — del mismo modo que una sociedad sana distribuye sus recursos sin agotar su cuerpo colectivo.


Neurodinámica de Conectomas en Tiempo Real

Los microestados EEG son la superficie visible de una reorganización continua del conectoma funcional.
Cada microestado (60–120 ms) corresponde a la activación coordinada de un subconjunto de regiones corticales que, por un instante, forman un circuito dominante — un conectoma momentáneo.
Esta dominancia eléctrica refleja los diferenciales de potencial entre áreas, definiendo la dirección del flujo de información y, por tanto, qué Yo Tensional asume el control en ese momento (Michel & Koenig, 2021; Fingelkurts & Fingelkurts, 2023).

A escalas ultrarrápidas (microsegundos a milisegundos), los interneuronas inhibitorias acopladas por sinapsis eléctricas tipo gap junction sincronizan poblaciones enteras de neuronas piramidales.
Este acoplamiento genera coherencia oscilatoria — particularmente en la banda gamma — estabilizando el campo eléctrico cortical que el EEG capta como microestado.
Es el esqueleto eléctrico inmediato de la conciencia.

A escalas intermedias (decenas a cientos de milisegundos), estos campos se alternan — el cerebro cambia de microestado.
Esta secuencia constituye la gramática temporal de la Mente Damasiana: una coreografía electro-metabólica donde la interocepción y la propiocepción se reescriben continuamente en primera persona.

A escalas más lentas (segundos), las ondas de Ca²⁺ en astrocitos y glía modulan la permisividad sináptica, la disponibilidad de energía y el soporte hemodinámico local (Khakh & Sofroniew, 2021; Wang et al., 2023).
Este “baño de calcio” decide qué conectomas pueden mantenerse activos por más tiempo y con menor costo energético.
Cuando ocurre esta estabilización glial, entramos en la Zona 2: fruición, pertenencia corporal, seguridad tensional.

Así, la fruición es la expresión fisiológica de un conectoma estabilizado por sincronía interneuronal rápida, coherencia eléctrica de microestados y soporte glial de calcio.
Esta tríada es la base neurobiológica de la experiencia de “estoy aquí y pertenezco”.


Dimensión Política de la Sincronía Neural

Esto es políticamente hermoso para la ADPF Primera: estamos afirmando que la coerción externa crónica — la Zona 3 social — equivale a secuestrar qué microestados pueden estabilizarse, es decir, quién gobierna el conectoma funcional del sujeto.
La opresión continua no solo moldea el comportamiento; interfiere directamente en la libertad metabólica de la conciencia, restringiendo la plasticidad y la capacidad del individuo de sostener estados de fruición y pertenencia.

En este sentido, la Democracia Metabólica propuesta por Cionek no es una metáfora: es una propuesta fisiológica de libertad neural, donde el Estado tiene la responsabilidad de garantizar entornos que sustenten microestados saludables — condiciones mínimas para que la conciencia humana pueda fluir, pensar y sentirse parte del todo.
La coerción, por el contrario, representa un bloqueo de microestados, un colapso de la diversidad cognitiva y espiritual.


Microestados y Pertenencia Colectiva

Los experimentos de hiperescaneo EEG en el SfN 2025 mostraron que, cuando dos personas interactúan en sincronía emocional, sus microestados se alinean temporalmente.
Esta coherencia inter-cerebral sugiere que la pertenencia es medible — una fisiología compartida entre cerebros en resonancia.

Desde la perspectiva de Cionek, esto es el Quorum Sensing Humano: el reconocimiento neurobiológico de que formamos parte del mismo campo tensional.
El cerebro individual es una célula de la Mente Colectiva, modulada por la densidad emocional del grupo.


Fruición y Tiempo Vivo

Durante estados meditativos o creativos, los microestados se organizan en ciclos lentos, con transiciones más predecibles y estabilidad global.
Estos patrones reflejan un tiempo vivo, en el que el cerebro sincroniza su ritmo interno con el ambiente — el cuerpo como reloj biológico del sentido.
En la Zona 2, el tiempo no se mide: se siente.
La conciencia abandona la linealidad y se sumerge en una temporalidad circular — el mismo ritmo con el que la Tierra respira.


Conclusión

Los microestados EEG revelan la conciencia como un mosaico temporal — una secuencia de pausas metabólicamente significativas.
La fruición, visible en esas pausas, es el punto donde la mente se reconoce parte del universo.
Cada microestado es una célula del tiempo; cada transición, un gesto de la vida hacia el sentido.

Comprender la conciencia como una secuencia de microestados es reconocer que pensar es danzar con el tiempo, y que la libertad cognitiva depende de sostener la armonía entre energía, cuerpo y percepción.
El Apus es la infraestructura fisiológica de esa danza — el entorno que permite que nuestros microestados descansen y renazcan.
La Mente Damasiana, vista en microsegundos, es el alma eléctrica del ser humano — donde la ciencia reencuentra el sentido del pertenecer.




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Jackson Cionek

New perspectives in translational control: from neurodegenerative diseases to glioblastoma | Brain States